Economía(s) solidaria(s) y sostenibilidad de la vida: o cómo construir modos de vida vivibles. La experiencia en la base, Barcelona
Palabras clave:
Economía solidaria, Sostenibilidad de la vida, interdependencia, política de los afectosResumen
En el último tiempo se están constituyendo modalidades socio-económicas alternativas, que cada vez suman más adhesiones a nivel mundial. Más allá de los debates y las diferentes formas de expresión en cada contexto, con Economía Solidaria (ES) se identifica a un heterogéneo conjunto de emprendimientos socio-económicos, que se construyen basados en relaciones horizontales entre sus integrantes. Tienen como principios la solidaridad y el apoyo mutuo, considerando también el entorno ambiental y comunitario como elementos centrales de su accionar. Por último, buscan alianzas a través del establecimiento de redes de colaboración.
Las propuestas de estas experiencias parecen coincidir en sus planteos con las del movimiento feminista, en relación a la necesidad de otras formas de organización social que aporten en la constitución de modos de vida igualitarios. Sin embargo, la ES ha sido cuestionada desde los feminismos (Nobre 2003; Guerin 2004; Matthaei 2010) por cierta reproducción de sesgos androcéntricos en la miradas sobre la economía. En particular, se cuestiona la falta de visibilidad sobre las tareas que sostienen la vida y la necesidad de una revalorización y redistribución de las mismas dentro de los colectivos que la componen. Del mismo modo, y a pesar de las críticas, reconocen en sus prácticas una posibilidad para la conformación de otro tipo de relaciones sociales y la necesidad de establecer puentes y diálogos entre ambas propuestas.
En este artículo compartimos las reflexiones que surgen de un proceso de investigación-activista en el Ateneu Cooperativo La Base en Barcelona. Tomamos para este trabajo como herramienta teórico-política la propuesta de la Sostenibilidad de la vida desarrollada por economistas feministas (Carrasco 2001; Pérez-Orozco 2014). Este enfoque nos ha permitido profundizar en el diálogo con las experiencias en la ES en relación a dos ejes: i) visibilizar la interdependencia y valorizar las distintas tareas y trabajos que sostienen la vida del colectivo; ii) revalorizar el componente afectivo-relacional en los vínculos y su trascendencia para la transformación social. Este diálogo con la economía feminista permite: visibilizar y potenciar las prácticas que ya existen dentro de la ES desde una perspectiva de la sostenibilidad de la vida, una inspiración para el cambio de agenda que potencie poner la vida en el centro, y una apuesta radical por una política de los afectos